AVISO: Las imágenes están amparadas por la normativa existente sobre propiedad intelectual y protección de datos, no pudiendo ser reproducidas sin permiso de su autor : Hélios Garcia
30 Cuevas del Almanzora; Sierra Almagrera : Viaje al centro de la tierra (*)
Es un viaje hacia un mundo de minerales dormido desde décadas: El corazón de Sierra Almagrera, dónde nos guían Francisco Mulero, Antonio González y su hijo José.
Las entrañas de la vieja Sierra Almagrera ocultan una gran telaraña subterránea, a horcajadas entre tierra y mar. Este viejo monte, inmensamente codiciado en su tiempo ha sido perforado por multitud de pozos verticales que se pierden a cientos de metros de profundidad de los cuales, a distintos niveles pueden irradiar galerías que se adentran por todas direcciones.
Son estos pozos oscuros, olvidados que nuestros tres aficionados “arqueólogos industriales” exploran minuciosamente, revelándonos todo un dédalo de galerías fruto de la gran fiebre del plomo, de la plata, del hierro que tuvo su apogeo en el siglo XIX.
Estas inmersiones al centro de la Sierra,– me atrevería a decir “Al centro de la tierra, teniendo en cuenta la antiquísima edad de los esquisto que la componen, altamente metamorfizados, y levantados por la acción de la erupciones volcánicas y de la tectónica – no hubieran desagrado a Julio Verne (*), muy vinculado a la minería, al mundo de mineralogía y además visionario, en sus relatos, de singulares inventos y máquinas que presentía para el futuro.
Digo eso porque nuestro ingenioso trío ha inventado y puesto a punto una cabria capaz de bajar hacia los 400 metros de profundidad una cámara digital con sus focos de alumbrado y su sofisticado sistema de transmisión de imagen.
La exploración de los pozos requiere previamente ciertos datos y conocimientos sobre el complicado puzle de las 1740 concesiones en las que se encuentran.
Francisco, Antonio y José son avezados al áspero terreno de la sierra y sus barrancos. Con el tiempo han adquirido la experiencia y como la perspicacia de las viejos mineros.
Se han impregnado de la larga historia de la minería en Almagrera, de sus vertientes humanas, sociales, económicas, también de la vertiente tecnológica, la más ausente, porque desde el cierre de las minas, ha desaparecido la casi la totalidad de los componentes de la infraestructuras, como máquinas de vapor, castilletes, malacates…quedando desgraciadamente al estado de ruinas escasos muros y chimeneas.
La ventaja que tienen hoy nuestros investigadores es poder recorrer una sierra sin lindes y así “saltar” de una concesión a otra, cosa que en su tiempo de explotación era imposible.
Así, analizando la configuración interna de los pozos de una concesión y los de las concesiones vecinas, se llega a deducir o conocer las estrategias que fueron empleadas para alcanzar y explotar las vetas o filones de galena argentífera y tener una visión tridimensional del conjunto de galerías de trabajo, de ventilación, de desagüe….de los lugares de extracción así como las posibles conexiones o relaciones entre minas colindantes (o con los socavones) que a veces llegaban a comunicar al explotar los mismos filones.
Nada es simple y definitivo en las interpretaciones topográficas, teniendo en cuenta que la actividad minera duro más de un siglo y evoluciono desde la explotación artesanal romana hacia los tornos de albardilla manuales o los malacates manejados por mulas hasta el uso de las máquinas de vapor y de la electricidad cuando empezó la revolución industrial.
El éxito de las exploraciones lo comparte la cabria que se doto de una cabeza giratoria y se hizo desmontable para caber en el maletero del 4×4 y ser fácilmente transportable por los empinados senderos de la sierra y el sofisticado equipo de grabación de imagen.
Cuando se llega al pozo elegido, se arma la cabria y se prepara el módulo que iniciara el descenso en el pozo: cámara, focos de alumbrado, baterías, sistema de emisión/recepción… y también el módulo de superficie: Disco duro de grabación con sus mandos, gafas/pantalla receptoras de imagen que permiten a José visualizar la bajada y así actuar sobre los movimientos de la cámara, completado por otra pantalla video que usan Francisco y Antonio para observar lo que José enfoca con la cámara….
Tanto el módulo de superficie que se beneficia actualmente de la última tecnología y la cabria se van evolucionando exploración tras exploración, porque siempre surgen ideas y proyectos para tener un equipo eficiente y fiable.
Cuando la cabria queda centrada en la boca del pozo, los mandos de sonido, de alumbrado y grabación activados, José hace girar la cámara para conseguir una panorámica del entorno del pozo y facilitar su posterior identificación.
Después de la toma de datos GPS, empieza la cuenta atrás, José inicia el descenso y la cámara dirigida hacia abajo se hunde en la oscuridad.
Es entonces cuando el pozo rectangular cobra vida, sus paredes que tantas veces vieron subir y bajar con luz tenue los esportones de extracción o las cestas con mineros muestran sus capas, sus llagas y sus extraños colores: cobrizos, plateados o grises….
Antonio controla los metros que van desfilando: 100, 200, 300 metros…Ciertos pozos inundados mandan a la cámara un destello metálico. De la boca de otros, se olfatea singulares olores a minerales como si la sierra elaborara en secreto nuevos filones…
Cuando cambia el color de una pared y se observa una galería, José ralentiza el movimiento para orientar la cámara, poniéndola en posición horizontal para luego hacerla girar sobre ella misma y enfocarla sobre la galería. Se apuntan la profundidad, la orientación geográfica de la galería en relación con los pozos vecinos o minas colindantes y sigue la exploración hasta casi tocar el fondo.
Aparecen a veces obras y material de contención importante, socavones, rampas inclinadas, galerías de intercomunicación, herramientas, cuerdas, maderas…, testigos mudos de la era de la plata. Luego llega el momento de la subida, José no baja la guardia, siempre atento a un posible detalle no visto anteriormente.
Cada pozo visitado da lugar a un pequeño balance in situ, durante el almuerzo surgen interrogaciones, comentarios sobre la topografía del lugar e hipótesis que alimentan intercambios y preparan las próximas salidas.
En la superficie el sol color jarosita se va escondiendo detrás de la vecina Sierra de Almagro. Nuestros alpinistas de las profundidades han cumplido con su tarea de memoria, es hora de recoger el material y pensar en regresar.
Mientras bajamos, mi mente me traslada en otra época, como en la película de la “Riada hacia el oro”: Desde el Pico Tenerife entreveo un hormiguero de hombres con picos, niños, filas de mulas cargadas de mineral que bajan serpenteando por las laderas de los barrancos, se oyen las máquinas de vapor, retumban los barrenos, en la costa, las chimeneas de las fundiciones echan humo sin cesar, mientras que los barcos cargan el precioso metal al pie de la sierra.
Todo eso es un sueño, la sierra despojada de parte de sus riquezas se ha recogido en sí misma recobrando su serenidad de antaño y su singular belleza.
La jornada no se acaba tan fácilmente, después de la ducha y del descanso algunos elegidos tendrán el privilegio de ver en la gran pantalla del televisor un canal único en Cuevas Del Almanzora: El Canal Minero…
Hélios
AVISO: Las imágenes están amparadas por la normativa existente sobre propiedad intelectual y protección de datos, no pudiendo ser reproducidas sin permiso de su autor : Hélios Garcia